En los primeros seis meses de 2020 casi 80 autoescuelas han echado el cierre definitivamente en España, una grave tendencia que el sector de la formación vial padece y denuncia reiteradamente ante los organismos competentes en la materia.
La crisis económica, las huelgas o la falta progresiva de examinadores de la Dirección General de Tráfico, las interminables listas de espera de alumnos aspirantes a obtener el permiso de conducir (unos 400.000 a día de hoy) y, recientemente, el confinamiento, el estado de alarma y las medidas sanitarias derivadas del COVID19 son, entre otras, elementos de peso en una permanente espada de Damocles que se sigue cebando en este vapuleado sector.
Se confirma la tónica iniciada en 2017. De hecho, en los últimos tres años y medio se han perdido 495 empresas y 588 puertas abiertas. También ha disminuido el número de directores (hay 518 menos). Sin embargo, han aumentado el número de profesores y el de vehículos (hay 299 y 1.503 más, respectivamente).
Es aún pronto para determinar el impacto concreto de la COVID-19 en el sector de la Formación Vial pero los vientos son poco favorables y los atascos con las listas de espera interminables para la realización de las pruebas para la obtención del permiso de conducir en los centros de exámenes de la DGT desaniman a muchos alumnos a la hora de plantearse elegir autoescuela. Máxime teniendo en cuenta que el permiso de conducir abre numerosas puertas en el mercado laboral, cuando no es un requisito imprescindible.
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