El alza del precio de los combustibles ha alcanzado cotas históricas, habiéndose incrementado en pocas semanas un 42% el de la gasolina y un 48%, el del gasóleo. Esto demuestra la urgencia de ir hacia un modelo de movilidad menos dependiente de los combustibles fósiles.

Según los datos facilitados por la Federación Europea de Transporte y Medio Ambiente (T&E), los españoles son los ciudadanos europeos que se muestran más proclives a utilizar vehículos menos contaminantes. No obstante, en 2021 únicamente se matricularon en nuestro país 39.675 eléctricos, lo que nos sitúa a la cola de Europa.

CNAE achaca en gran medida tan pobre resultado al código 78 del permiso de conducir. Actualmente, aquellos aspirantes que se examinan con vehículos de transmisión automática (los híbridos y eléctricos, entre ellos) obtienen un permiso que les impide conducir un vehículo con transmisión manual, salvo que vuelvan a examinarse, pero ahora con un automóvil de estas características.

El gran inconveniente que representa el código 78 provoca un doble efecto negativo: por un lado, incrementa la demanda de pruebas en el ya sobrecargado sistema de exámenes; por otro, los alumnos prefieren, como es lógico, prepararse y examinarse con vehículos dotados de una caja de cambios manual.

Ahora bien, esta situación hace que las autoescuelas carezcan de alicientes para adquirir vehículos eléctricos, híbridos e híbridos enchufables, que son todos de cambio automático. Obviamente, así es muy difícil fomentar el uso de vehículos impulsados por combustibles alternativos en general y eléctricos, en particular.

Lo explica Enrique Lorca, presidente de CNAE: «Tenemos que mirar a países como Alemania, Suiza o Francia, los cuales han establecido un régimen de enseñanza y pruebas para los aspirantes a conductores que les ha permitido eludir la restricción que supone el código 78. Quienes obtienen el permiso con dicho código pasan después por la autoescuela donde reciben una formación que los capacita para ir al volante de un vehículo de cambio manual, sin necesidad de examinarse de nuevo».

«Más aun, en Alemania el apoyo económico en forma de subvenciones, que el ejecutivo ha impulsado con el objetivo de dinamizar el cambio de modelo, ha propiciado la electrificación total o parcial del parque móvil de buen número de autoescuelas.»

«Este hecho se ha traducido inmediatamente en un importante incremento del uso de híbridos y eléctricos por parte de los nuevos conductores; ya que, gracias a la formación recibida en las autoescuelas, han podido familiarizarse con el uso de los puntos de recarga y percibir las ventajas de estos vehículos, que son más sostenibles y seguros, pues consumen mucha menos energía y por lo general van más equipados con dispositivos de ayuda a la conducción (ADAS) que los de gasolina y gasóleo.»

«La crisis energética que vivimos nos demuestra la debilidad del vigente modelo de movilidad y nos recuerda los motivos por los que debemos apostar por una transición hacia otro más sostenible. Para ello son fundamentales tanto la eliminación del código 78 como la subvención directa a las autoescuelas, por parte de la Administración, al objeto de que estas puedan adquirir vehículos eléctricos», concluye Enrique Lorca.

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