Sólo un 14% de los usuarios admite que cumple las normas y un 70%, que invade las aceras.
Expertos apuntan al peatón como el gran desprotegido de la revolución de la movilidad urbana
La Universitat Politècnica de Valencia ha acogido las jornadas Nueva Movilidad. Nueva Ciudad, sobre vehículos de movilidad personal.
La presentación estuvo a cargo de Rosa Obrer, directora general de Obras Públicas, Transportes y Movilidad de la Generalitat, Débora Domingo, vicerrectora de Desarrollo Sostenible de la Universitat Politècnica, y Sergio Pérez, director regional de COPE Comunidad Valenciana.
Obrer ha justificado en el cambio climático la necesidad de potenciar en la Comunitat los medios alternativos al coche. «El vehículo con motor de combustión derrocha energía y congestiona vías. En las áreas metropolitanas se genera más del 60 por ciento de emisiones de CO2», ha dicho.
Pérez ha destacado un dato: «El 72 por ciento de los españoles reconoce que en los últimos años ha cambiado su modo de moverse». Ha incidido en el problema de las «muy dispares normativas sobre estos vehículos» en cada municipio y la necesidad de unificar reglamentos.
Luis Montoro, presidente de la Fundación Española de Seguridad Vial (FESVIAL) y catedrático en esta materia ha abierto la primera ponencia: «el factor humano en los vehículos de movilidad personal».
«No debemos demonizar a los vehículos de movilidad personal», ha destacado Montoro. «60 millones de personas han muerto y unas 2.500 millones han resultado heridas en el mundo en accidentes de vehículos a motor», ha estimado.
Un estudio de la FESVIAL y la UV revela datos «preocupantes», según Montoro. Al ritmo actual, «en la próxima década aumentarán los muertos hasta un 20 por ciento en núcleos urbanos españoles». Un estudio de su departamento revela que la mitad de los usuarios de los VMP no usa el casco, muchos incurren en excesos de velocidad, el 70% dice que va por las aceras y solo un 14 por ciento dice que cumple las normas.

Además, más del 80 por ciento de los peatones sienten ansiedad y miedo de ser atropellados por una bicicleta o patinete. «El gran desplazado es el peatón. Se ha quedado indefenso y parece que no exista para nadie», ha destacado Montoro.
Estos vehículos «han venido para quedarse, pero nadie sabe bien cuántos hay ya. Su uso creció el año pasado un 500 por ciento. En las ciudades ya desplazan a las bicis»
En 2000, ha agregado el catedrático, «ya avisé en un artículo en LAS PROVINCIAS de que había que prepararse y sin embargo el fenómeno nos ha sorprendido. Las autoridades no han tenido la suficiente previsión».
El resultado es que más de 5 millones de personas ya usan con frecuencia estos vehículos, pero «sin normas y sin control. Y a ver quién cambia ahora los hábitos adquiridos.
Y falta control. «En España hay un radar cada 30.000 personas y en el resto de Europa cada 6.000. Somos el país con menos percepción del riesgo de ser sancionado». Se une la disparidad de normas. El caos está asegurado».
Tras Montoro, ha intervenido Juan Carlos Muñoz, presidente de la Asociación Valenciana de Autoescuelas. «Hay calles peatonales donde se está permitiendo la entrada a bicis y patines y al final el peatón es el perjudicado. Ninguna ordenanza debería permitir que un vehículo invada la zona peatonal», ha destacado.
«No estamos educando en seguridad vial suficiente. Para llevar una moto de agua hace falta un curso y para llevar un VMP, no. Serían necesarias al menos 10 horas de formación en estos vehículos para evitar los errores y accidentes», ha reclamado.
La tercera ponencia ha corrido a cargo de Ana Novella, presidenta de la asociación de víctimas Stop Accidentes que lucha por la seguridad vial. «El 95 por ciento de las víctimas de los accidentes se puede evitar», ha mencionado. Según Novella, «todo el mundo cree que conduce muy bien, pero los muertos siguen. Las víctimas se han reducido, pero tristemente siguen sumando».
Además, «no hay juzgados especializados para tráfico pese a la importancia que tienen los delitos viales». Ahora «irrumpen bicicletas y patinetes, nuevos vehículos que llegan sin regular. Si cualquiera lo puede coger, cualquiera puede matar. Sin formación, cualquiera puede asesinar con una bici o un patinete».
Para el fiscal de Seguridad Vial, Eduardo Olmedo, la ley debe adaptarse a la realidad: «El código Penal», ha citado en declaraciones a LAS PROVINCIAS, «aún no está pensado para este tipo de conductores. La realidad de la movilidad urbana dista todavía mucho de estar recogida por la legislación».
Ahora mismo, por ejemplo, no se puede actuar contra alguien a nivel penal por alcoholemias, excesos de velocidad o temeridades en estos vehículos porque los delitos para la seguridad vial están pensados sólo para los de motor.
Y Olmedo lo ve así: «La ley debe contemplar delitos viales para bicis y patinetes, pues la realidad ha adelantado a la ley». En su opinión «es un disparate que un temerario en ciclomotor se enfrente a una pena de prisión y un temerario con patinete sólo a una infracción administrativa», es decir, una multa.