Las cámaras de la DGT no dejan de detectar conductas peligrosas al volante. En lo que llevamos de año, casi 500 personas han perdido la vida en accidentes de tráfico.
Sobre lo primero, baste señalar que, a pesar de la disminución en el número de desplazamientos (un 10,7% menos en la primera semana de agosto, por ejemplo), la cifra de fallecidos en accidente está casi a la par si tomamos como referencia los datos contabilizados desde el 21 de junio. Es decir, cuando acabó el estado de alarma y volvieron a permitirse los libres desplazamientos por todo el país. Desde aquella fecha y hasta el pasado jueves 13 de agosto, se llevan registrados 173 fallecidos, apenas cinco menos que en el mismo periodo de 2019.
Algunas de las razones de este resultado se deducen rápidamente al ver la colección de infracciones detectadas por tráfico en las últimas semanas. En ellas se incluyen casos de acoso a vehículos que circulan por delante, piques entre automóviles, adelantamientos en paso de peatones, no respetar la distancia de seguridad con los ciclistas, hasta escribir mensajes en el móvil retirando las dos manos del volante…
Como ya es sabido, los medios técnicos con los que cuenta la DGT este verano son más numerosos que nunca: 1.324 puntos de control de velocidad entre radares fijos, móviles y de tramo; 216 cámaras de control de teléfono y móvil; 11 drones (tres de ellos con capacidad de denuncia), 12 helicópteros y 15 furgonetas camufladas. Además, lleva tiempo probando un nuevo radar capaz de multar a un kilómetro de distancia.