Desde la Sociedad Española de Neurología y desde la DGT se ha elaborado un manual para prevenir los siniestros provocados por patologías neurológicas.
La mitad de los conductores renuevan su carné con restricciones
El factor humano representa es la principal causa de entre el 70 y el 90% de los accidentes de tráfico. La gran cantidad de variables que intervienen en un siniestro del tipo vial son muchas y, además, de muy diferentes naturalezas, pero las personas que van al volante tienen un gran papel activo en el proceso de sufrir un accidente.
Este, entre otros, es el principal dato que manejan desde la Dirección General de Tráfico y la Sociedad Española de Neurología a la hora de elaborar su Manual de Neurología y Conducción. Sin embargo, esta es solo la media, ya que el abanico de enfermedades neurológicas puede incrementar esta probabilidad dependiendo de la gravedad que revistan y cómo afecten a las capacidades del conductor. Igualmente, interfiere el tratamiento que reciba el paciente así como el grado en el que se manifieste la enfermedad.
Por ejemplo, pacientes con deterioro cognitivo ligero o demencia presentan de 2,5 a 8 veces más riesgo de sufrir accidentes de tráfico. Aquellos que sufren narcolepsia corren 3,7 veces más riesgo mientras que los afectados con epilepsia tienen un riesgo 1,8 veces mayor. Pero además de estas dolencias, existen ciertas sustancias que agravan el peligro a la seguridad vial: el consumo de drogas o medicamentos incrementa el riesgo de accidente en un 1,6%.
De las dolencias más peligrosas
En comparación con otra serie de patologías o enfermedades que pueden afectar a las capacidades del conductor, las de tipo neurológico se sitúan en la parte alta de la tabla. Frente al porcentaje de 1,75 de estas enfermedades, la discapacidad visual y la auditiva aumentan el riesgo en 1,09 y 1,19 veces, así como la artritis lo hace en 1,17 y la patología de tipo cardiovascular lo hace en 1,23 veces. La diabetes, por otro lado, puede causar 1,56 más accidentes, los trastornos mentales 1,72, el alcoholismo 2 veces más y la narcolepsia o la apnea del sueño, 3,71 veces más.
Sin embargo, «no todas las enfermedades neurológicas se consideran un factor de riesgo de accidente, ni todas se asocian al mismo nivel de riesgo. Además, en muchas de ellas, cuando la enfermedad está controlada y existe un buen cumplimiento del tratamiento el riesgo se reduce considerablemente», explica la Dra. Cristina Íñiguez, Vicepresidenta de la Sociedad Española de Neurología. Cada conductor debe ser analizado de manera individual ya que son muchos los factores que intervienen en la gravedad de la enfermedad.