Más de 300.000 personas, pendientes del examen práctico. En Madrid, la demora es superior a cuatro meses
Si antes del Covid ya era tedioso sacarse el carné de conducir, ahora conviene tener paciencia. Más de 300.000 aspirantes con el examen teórico aprobado están pendientes de pasar el práctico en España, según estimaciones de CNAE (Confederación Nacional de Autoescuelas Españolas). Ya en junio, Pere Navarro, director de la DGT (Dirección General de Tráfico), avanzó que durante la pandemia se habían dejado de hacer 286.000 pruebas y la bolsa no deja de crecer.
“Tampoco es que en los últimos años esta mochila estuviera para tirar cohetes, ya que ascendía a 40.000 aspirantes”, señala Ricardo Cano, presidente de la Asociación Provincial de Autoescuelas de Madrid (Apamad), pero con el Covid se ha salido de madre. De hecho, la demora para ir al teórico antes de la pandemia podía ser de más de 15 días, “pero ahora será de meses”, sentencia Cano, que considera que “la DGT está tomando medidas correctas para drenar el tapón, pero no son suficientes”.
Madrid, Barcelona, Valencia, Lleida, Tarragona y Gipuzkoa son algunas de las zonas más colapsadas y, según parece, no tiene visos de solucionarse de hoy para mañana.
Algunas de las medidas que ha tomado la Dirección General de Tráfico es que se realizarán exámenes en agosto y se ha articulado un sistema de horas extras para los examinadores, aunque son con carácter voluntario. Pero, además, Tráfico tenía en marcha una convocatoria de oposición para incorporar 40 nuevos examinadores. Lo malo es que con este parón las pruebas no se han podido hacer, lo que demorará su incorporación hasta junio de 2021.
“Tras dos huelgas de examinadores, en 2015 y 2017, y ahora con esta crisis, la situación ha empeorado mucho”, asegura Enrique Lorca, presidente de CNAE.
Porque aunque el sistema CAPA (Capacidad de Pruebas de Aptitud), implantado hace unos meses por la DGT, que redistribuye el número de alumnos que puede presentar cada autoescuela, “tiene la ventaja de conocer con más tiempo los que van (antes era con tres o cuatro días), cuenta con el inconveniente de que el reparto se hace en función del número de examinadores que en ese momento estén operativos, no de la demanda real”.
Y, precisamente ahora, “el número de examinadores no es proporcional a las necesidades actuales ni tampoco el personal administrativo de las jefaturas de Tráfico, que preparan la documentación necesaria. Y no es de recibo que no se preste el servicio adecuado, que además paga el alumno, con una tasa de 92,20 euros”, asevera Lorca.
En Asextra (Asociación de Examinadores de Tráfico), su presidente, Joaquín Jiménez Murillo, destaca que en España hay unos 850 examinadores. Pero, según aclara Cano, «prestando servicios reales apenas hay 550 porque muchos son personal vulnerable al virus, bajas laborales, vacaciones, días de libre disposición, entre otros”.
PISTAS
Covid. Junto al examinador, que irá en el asiento trasero, solo podrá ir un alumno por prueba además del profesor; los aspirantes son citados escalonadamente; deben llevar guantes y mascarilla y se parará la prueba en cuanto el alumno no se declare apto.
Permisos. Unos 600.000 carnés de conducir se expidieron en España en 2019. Asextra revela que solo el 34% de los aspirantes pasa la prueba práctica en primera convocatoria.
Solo en Madrid (donde hay unos 100 examinadores) el atasco es de más de 60.000 personas. Y en Valencia asciende a más de 40.000 personas. «Hasta un año puede tardar en regularizarse el tapón, entre otras cosas porque la bolsa sigue engordando por los alumnos que van aprobando el teórico, donde no hay esos problemas”, aseguran en fuentes del sector.
Y es que el sistema CAPA “solo da en Madrid a cada centro dos fechas de examen práctico al mes y nosotros elegimos a los más preparados. Esto significa que puedes esperar mucho más de cuatro meses para poder examinarte”.
En la prueba teórica no existen tantos problemas, aunque el aforo de las aulas permite en la actualidad únicamente al 75% de aspirantes para mantener la distancia de seguridad, porque se han creado más turnos de examen.
Además, uno de los problemas destacados por los centros es que ahora no se puede acudir presencialmente a Tráfico. Toda la documentación y el proceso del registro de datos del alumno y las tasas se realiza en una plataforma telemática mediante firma digital, que estaría muy bien, “si funcionara correctamente, pero da muchos fallos porque se ha implantado sin un rodaje previo y, ante cualquier incidencia, Tráfico no contesta porque está desbordado” señalan fuentes del sector de las autoescuelas.
Contar con una bolsa de examinadores interinos de la que se pudiera tirar en momentos de colapso, como la enfermería o el profesorado público, sería una solución, sugiere Lorca. Pero también reivindican en el sector un sistema mixto al estilo de las ITV donde “el alumno pudiera escoger entre entidades públicas y privadas para examinarse” porque ayudaría a evitar estos tapones.
Para Lorca, prueba de ello es que “antes de que en la ITV entraran empresas privadas, te pasabas allí una mañana, lo que hoy se resuelve en 15 minutos”.
Otro de los escollos que tienen a la vista las autoescuelas es la posible suspensión de la obligatoriedad de las ocho horas de formación presencial, que recogía el proyecto de real decreto para reformar el Reglamento de Conductores, tras el dictamen negativo (no vinculante) de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
No es definitivo, Pere Navarro ha manifestado no estar por la labor, por mucho que les pese a las autoescuelas digitales. Reduciría sus costes (aulas más pequeñas y menos personal), “pero se desvirtuaría la formación en seguridad vial”.
El sector de las autoescuelas en España está muy atomizado y en esta crisis se han perdido hasta 100 millones de euros en volumen de negocio, calculan en CNAE. El cierre del 20% de ellas ya planea sobre esta actividad.
https://cincodias.elpais.com/cincodias/2020/07/20/companias/1595258945_544326.html