«Los heridos y fallecidos en el asfalto no son consecuencia del azar. Son consecuencia, en la mayoría de los casos, de imprudencias, pero evitables. No hay que dudar y hay que llamar a las cosas por su nombre: Es violencia vial«, ha manifestado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, en una entrevista publicada en la revista «Tráfico y Seguridad Vial», de la Dirección General de Tráfico.

En esa misma entrevista el titular de la cartera de Interior ha señalado que «limitar la movilidad ha sido un instrumento eficaz para frenar el Covid-19»

Con el COVID-19 cambiando nuestras vidas, la movilidad se ha convertido en protagonista. El ministro del Interior nos explica por qué ha sido necesario restringir y controlar la circulación, y que siempre el cumplimento de la ley –que tiene que ser precisa, eficaz y la necesaria para el momento–, es esencial para garantizar la seguridad de los usuarios de la vía, y en la situación actual también la salud de todos.

  • Limitar la velocidad ha sido un instrumento eficaz para frenar la Covid-19.
  • Utilizar el móvil al volante conllevará la pérdida de 6 puntos, ahora son 3.
  • Los ayuntamientos nos reclaman que se unifique la normativa para reducir la velocidad a 30 km/h.

Para controlar la pandemia del COVID-19 ha sido esencial la restricción y control de la movilidad de los ciudadanos. ¿Era necesario?

Los expertos epidemiólogos del Ministerio de Sanidad que asesoran al Gobierno lo consideran no ya necesario, sino imprescindible. Frente a un virus para el que carecemos de tratamiento o vacuna, el instrumento más eficaz a nuestra disposición para frenar su propagación era limitar la circulación de los ciudadanos. y así se ha demostrado. La disminución de las terribles cifras diarias está vinculada de forma directa a la reducción de la movilidad. Esas medidas y el esfuerzo y la responsabilidad de los españoles lo han hecho posible.

¿Cuál ha sido la respuesta de los ciudadanos?

Ejemplar, siempre lo he dicho. Los datos lo demuestran. El Gobierno se marcó como objetivo reducir la circulación por carretera de vehículos ligeros hasta en un 85% en los momentos más cruciales, y se ha superado con creces. Gracias al compromiso y a la responsabilidad de los ciudadanos, que han asumido la necesidad de quedarse en casa para evitar la propagación del virus.

Los indicadores de movilidad y de vigilancia que diariamente aporta el Ministerio del Interior ¿son esenciales en la toma de decisiones?

Básicos. Por un lado, porque tienen una incidencia real y directa en los indicadores sanitarios sobre la evolución del virus, pero también, porque permiten ajustar el despliegue operativo de control y vigilancia a la realidad. No olvidemos que, por primera vez, la movilidad en carretera ha estado limitada en este país. Además, sin ellos, la cooperación prestada por las policías autonómicas y locales no hubiese sido tan eficiente como ha sido.

¿Cómo calificar la labor que realizan los miembros de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil?

Siempre que he tenido oportunidad he destacado el esfuerzo y la profesionalidad de sus miembros. Su misión, en coordinación con la DGT, era y es verificar y controlar la limitación del tráfico en todas las carreteras, comprobar que no se realizasen desplazamientos no justificados según los dispuesto en el real decreto de Estado de Alarma. En otras palabras, su misión era y es la de proteger la salud de todos y merecen todo nuestro reconocimiento.

Uno de los puntos que más controversia ha generado han sido los controles en carretera ¿Cree que los conductores los han entendido?

No solo los han entendido, sino que agradecen el esfuerzo tanto de la ATGC como de todas las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, porque el objetivo último de todas las medidas adoptadas no era otro que proteger la salud de todos y cada uno de los ciudadanos residentes en este país.

En estos momentos resulta difícil hablar de víctimas por accidentes de tráfico por las cifras diarias de fallecidos por el COVID-19, pero es necesario hacerlo, porque no debemos olvidar que la siniestralidad vial también es una pandemia que deja miles de fallecidos todos los años en todo el mundo. Por ello, tengo que preguntarle: El número de fallecidos y de heridos ¿es siniestralidad vial o violencia vial?

A mi me gusta hablar de violencia vial. Los heridos y fallecidos en el asfalto no son consecuencia del azar. Son consecuencia, en la mayoría de los casos, de imprudencias, pero evitables. No hay que dudar y hay que llamar a las cosas por su nombre.

Usted dice que toda la normativa en materia de seguridad vial debe partir de la falibilidad y vulnerabilidad del ser humano…

Es lo que llamamos sistema seguro, y tiene su origen en los países nórdicos. A la hora de legislar se tienen en cuenta dos principios. Uno, la falibilidad del ser humano. Por muy diligente, por muy prudente que se sea al manejar un vehículo, siempre es susceptible de cometer un mínimo error que puede tener consecuencia devastadoras. Y dos, la vulnerabilidad del cuerpo humano. Somos frágiles. Sufrir un accidente puede conllevar resultados lesivos muy relevantes, incluso a una velocidad no muy alta.

¿Pondrá en marcha medidas especiales ante el aumento del número de usuarios vulnerables (peatones, ciclistas y motoristas) fallecidos?

Tenemos datos muy malos, y no me importa decirlo, en especial entre los motoristas. Por eso, estamos tomando medidas. En el caso de los motoristas, se están analizando donde se han registrado, en qué tipos de vías… También estamos trabajando para promover el uso de los chalecos y chaquetas con airbags, o en el desarrollo de planes de formación y de información específicos.

¿Y para ciclistas, que sin duda serán protagonistas de la movilidad postCOVID?

Vamos a regular que en las vías interurbanas al adelantar a un ciclista no solo se tenga que guardar la distancia de 1,5 metros, que ya está reglamentada, sino que asimismo haya que reducir la velocidad 20 km/h por debajo del límite permitido en esa vía.

Durante el Estado de Alarma se produjo un repunte de los excesos de velocidad. ¿Eso demuestra la necesidad de medidas como la reducción a 90 km/h en carreteras convencionales aprobada en 2019?

Sí, no solo por los resultados. En estas carreteras se han reducido las víctimas un 8%, y los heridos graves hospitalizados, un 9%. También por lo que decía antes: por la vulnerabilidad del cuerpo humano; no es lo mismo un siniestro a 90 km/h que a 100, aunque solo sean 10 kilómetros menos. Y tampoco es la misma posibilidad de reacción.

Está en marcha la reducción a 30 km/h para las calles de sentido único en ciudades. ¿También es necesaria?

Absolutamente. Si hablamos de una conducción segura y sostenible, hay que hablar sobre todo en las ciudades, donde hay muchos más colectivos vulnerables. Esta realidad exige y determina esta reducción a 30 km/h. Un gran número de ayuntamientos nos está reclamando que se unifique la normativa en ese sentido.

El permiso por puntos ha cumplido 12 años ¿necesita revisarse?

Sí. Estamos valorando cuestiones, como el no uso del cinturón, uso del móvil… cuya influencia en las consecuencias de un accidente son muy graves, para ampliar las sanciones. Hacer un estudio de conjunto de las conductas que hoy deben ser sancionadas y a qué nivel.

Móvil, ‘wasap’, redes sociales… se han convertido en una de las principales causas de accidentes…

Somos conscientes. Evidentemente, los dispositivos móviles conllevan usos indebidos cuando se está desarrollando una actividad de riesgo como es la conducción, y se han convertido en una de las principales causas de siniestros. Tenemos medidas previstas en la modificación del Permiso por Puntos. Este tipo de conductas que son de una imprudencia importante y de una elevada gravedad en cuanto a sus resultados ahora conllevan una pérdida de 3 puntos. Tras una evaluación que se tendrá que completar por el legislador, por los diputados/as y senadores/as, se va a proponer que tenga una penalización de 6 puntos.

Alcohol y otras drogas siguen presentes en nuestras carreteras. Con muchos casos de reincidentes. ¿Es posible su reinserción?

Soy un convencido de la reinserción. Es un principio fundamental de nuestro sistema penal. El artículo 25 de nuestra Constitución lo fundamenta. En la secretaría general de Instituciones Penitenciarias estamos haciendo un trabajo importante mediante programas de reinserción para los condenados por delitos contra la seguridad vial. Y por la ingesta de alcohol, o sustancias psicotrópicas estamos profundizando y mejorando los protocolos y programas.

Usted deja muy claro que la educación es la base de la sociedad. ¿Se va a reforzar la educación en seguridad vial?

Es esencial educar a los conductores y peatones de mañana. Desde el primer momento es necesario saber que hay unos determinados deberes, unas normas y una responsabilidad con terceros.

¿Cómo podemos poner en valor la formación de los conductores?

Vamos a promover cursos de conducción segura para aquellos conductores –no solo para quienes han perdido puntos– que quieran poner al día sus conocimientos. Se recibirá algún punto extra.

La ’nueva normalidad’ traerá consigo una ‘nueva movilidad’: patinetes, bicis… y el peatón vuelve a ser el usuario más importante…

Estamos trabajando para una movilidad sostenible, segura y conectada. Tenemos los denominados VMP (Vehículos de Movilidad Personal) –y no hablo solo de patinetes–, y también los peatones. Por eso, desde la DGT tenemos que promover normativas para regular sus requisitos técnicos, administrativos y de circulación.

Este nuevo escenario trae importantes problemas de convivencia entre todos sus usuarios.

Hay un conjunto de colectivos con necesidades y circunstancias, que hay que regular. La movilidad es para garantizar el bienestar de todos. Hay que conseguir normativas homogéneas entre todos los municipios.

La seguridad vial debe formar parte del debate de la sociedad y de los medios de comunicación. ¿Qué pueden aportar?

Aportan y mucho. Todos, todos los días interactuamos, conducimos o somos peatones. Nos debería, no solo preocupar, también ocupar. Debo decir que los medios en España sí que tienen el foco centrado en la seguridad vial. Trasladan la información y ayudan en la concienciación. Y la sociedad debe interactuar con nosotros, debe tomar conciencia de la necesidad de participar, aunar esfuerzos y conocimientos. Por ejemplo, qué mejor conocimiento y ayuda que trabajar junto a las asociaciones de víctimas de violencia vial. Para la DGT es muy importante su consejo. Siempre digo: cuando a una campaña las asociaciones le dan el visto bueno, esa campaña es la correcta

Usted es juez: ¿Hay que revisar el Código Penal para incrementar las penas por delitos viales?

Hay que tener mucho cuidado. Lo importante hoy es que el Código Penal se cumpla, que haya juicios cuando haya conductas susceptibles de ser consideradas delito, por supuesto con todas las garantías, que la ley y su cumplimiento sea eficaz, y que, en el caso de condenas, existan programas de reinserción. Tenemos un marco normativo, órganos e instituciones especializadas, la Fiscalía del Tribunal Supremo en materia de seguridad vial, la ATGC, el personal adecuado para instruir, para investigar… A mi me gusta más hablar de que analicemos, y comprobemos que la norma se cumple, y que se prevenga la reiteración de las conductas.

Más atención a las víctimas

“Yo creo que las víctimas de la violencia vial no han tenido esa mirada específica por parte de la ley ni de la administración de justicia. No se les ha visibilizado lo necesario. Estamos hablando, y ellos lo han pedido, para que en las Oficinas de Atención a Víctimas dependientes del Ministerio de Justicia se las incluya y lo vamos a hacer. Es necesaria una mirada real y verdadera de sus necesidades, porque estamos absolutamente convencidos. También la sociedad en general tendría que ser más consciente de los resultados y de la gravedad de las consecuencias de los siniestros.” 

El ‘lado malo’ de la DGT

Para el ciudadano, hablar de DGT es hablar de multas…

Quisiera destacar que con las multas se garantiza la seguridad de todos los ciudadanos. Es una forma de prevenir que se repitan conductas que ponen en serio riesgo la seguridad de todos y materializan una falta de solidaridad. Cuando vemos a los agentes de tráfico de la Guardia Civil nos generan seguridad. Sabemos que ante cualquier accidente o incidente nos ayudarán, que están para garantizar la seguridad de todos, y una forma de hacerlo es sancionar a los que infringen. Hacer que la norma se cumpla no tiene un efecto perverso, su efecto es garantizar la seguridad del resto de los usuarios de la vía.

…De trámites engorrosos…

Acabamos de presentar la aplicación (miDGT) para que en el móvil llevemos toda la información relativa a nuestro carné de conducir y vehículos. Con ella, la DGT le puede trasladar, de forma sencilla y fácil, a su móvil todos los datos que puedan ser relevantes, y también posibilita realizar algunos trámites sin mayores engorros. Es decir, facilitar; primero darle la información para que el usuario pueda cumplir con sus deberes: cuándo le caduca la licencia, cuándo le caduca la ITV, cuántos puntos le quedan, qué sanciones tiene, el resultado de los recursos a cualquier sanción.

…Y también, de radares, de agentes de la Guardia Civil, de drones, de cámaras de vigilancia… Es decir, de mano dura

No es mano dura, hay que asegurar una circulación segura y, para hacerlo, hay que ser conscientes de la realidad, de que hay personas que no cumplen la normativa, que no está para que se incumpla y no ocurra nada. Necesitamos una normativa que sea razonable, eficaz y necesaria, y que se cumpla. Eso es lo importante. Eso sí es lo que nos puede exigir la ciudadanía y nos lo exigimos nosotros. Y el que incumple, es insolidario. Ese es el calificativo, porque el que incumple una norma, sabe que hay un riesgo evidente de que ocurra un siniestro: circulando a una velocidad excesiva, realizando maniobras imprudentes, conduciendo tras haber tomado alcohol o drogas… Cuando tenemos la norma adecuada no hay mano dura.

Por su parte, los drones no solo están para garantizar que se cumpla la norma y si es necesario denunciar, también para tener conocimiento preciso y necesario del tráfico con el fin de tomar las decisiones necesarias en caso de siniestro, retenciones…, o a los propios usuarios, a través de la conducción conectada,  convirtiendo a la DGT en ese copiloto seguro.

En primera persona

Yo era motero, pero llevo 20 años sin subir a una moto. En mi familia, mi cuñado tuvo un accidente de moto y tiene una paraplejía alta. Fue un hecho determinante para que yo dejara la moto.

Quiero puntualizar que cuando hablamos de alcohol y conducción, a mí me gusta decir que “no alcohol”. Muchos hablan de una copa menos… No, no en coche, en bici, en moto… Cero alcohol. Hay una incompatibilidad manifiesta.

Me llama la atención que con los años que llevamos, a pesar de los controles de alcohol, de drogas, de la profundidad de las compañas de divulgación y concienciación, todavía tengamos esos resultados de positivos.

 Déjeme que lo diga: no se puede ser condescendiente, yo les llamo insolidarios, imprudentes, inconscientes. Somos todos conocedores, todos, de las consecuencias de determinadas conductas al volante.

Es como lo del cinturón de seguridad. Todavía no entiendo como de una forma inconsciente cuando subes a un vehículo no te abrochas el cinturón. Hace 30 años que es obligatorio.

Creo que llamaría mucho la atención, y nosotros en algunas campañas lo decimos, conocer la cantidad de personas condenadas por delitos que se encuentran cumpliendo penas privativas de libertad.

Fuente: Tráfico y Seguridad Vial – DGT 

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