José Manuel Pan, 53 años, es periodista en La Voz de Galicia, uno de los profesionales de medios de comunicación que quizá esté más involucrado y comprometido con la divulgación de mensajes de concienciación relacionados con la seguridad vial.
El mismo es víctima de un accidente de tráfico que sufrió en 1988, dejándole desde entonces en una silla de ruedas. Quizá por eso José Manuel es una persona que puede hablar en primera persona de la problemática que supone salir cada día a la calle a enfrentarse con la realidad que supone el tráfico, la seguridad vial y, por supuesto, la movilidad y accesibilidad, que son a veces las asignaturas más olvidadas por todos los que compartimos las vías como usuarios que somos, sea cual sea nuestra condición.
Hablamos con José Manuel Pan de tráfico y seguridad vial, lógicamente. Pero también de la problemática que representa la falta de una asignatura de educación vial y de los retos de la DGT para conseguir mejorar y transformar las conductas de las personas al volante de sus vehículos. De las mejoras en la formación vial y de la necesidad de implementar de manera presencial los cursos de concienciación y sensibilización.
¿Desde tu experiencia personal y profesional cuales crees que son los principales problemas que afectan a la seguridad vial?
José Manuel Pan nos habla desde su doble faceta de informador y víctima y señala que quizás “el mayor problema ahora mismo con diferencia son las distracciones, especialmente las relacionadas con el uso inadecuado del teléfono móvil, seguidos muy de cerca por las velocidades inadecuadas o excesivas o el consumo del alcohol o las drogas.
“Es muy importante tener en cuenta que todos podemos sufrir distracciones a lo largo del día a día tan ajetreado que todos llevamos. Pero es más importante ser conscientes de que esas distracciones, cuando estamos al volante, pueden suponer sufrir un accidente de tráfico de las peores consecuencias”.
“Luego podemos contemplar otra serie de factores sobre los que los conductores no tenemos una responsabilidad directa como causantes de accidentes, pero si está en nuestra conciencia y buen saber hacer, el adecuarnos a las circunstancias. Me refiero a la climatología, que en el caso de Galicia suele ser bastante adversa con lluvias, nieblas, en ocasiones temporales de viento especialmente en zonas costeras y que es ahí donde tenemos que emplearnos más a fondo. Si una distracción o un exceso de velocidad pueden ser fatales en buenas condiciones de visibilidad, imagina con lluvia, niebla, con carreteras muy cerradas, entre vegetación, con peatones o ciclistas que se mueven de un pueblo a otro… “
“Yo aquí es donde creo que el coche conectado o el vehículo autónomo si va a representar una respuesta positiva a estos problemas que representan los conductores, como factor humano, en materia de distracciones, velocidades inadecuadas, distancias de seguridad, atropellos, etc.”
¿Crees que la tarea que representa conducir no somos conscientes de la importancia del riesgo que representa y que normalmente es considerada como una rutina más? ¿Se debe esto a una falta de educación, falta de formación, falta de concienciación, falta de compromiso?
“Es exactamente a lo que me refería con las distracciones. Estamos acostumbrados a coger el coche, la moto o la bici, como una actividad rutinaria más en nuestra vida diaria, pero no le damos la importancia que tiene. Y la rutina es la peor enemiga del conductor.”
“Nadie se subiría a un avión o a un tren, incluso a un autobús, si supiese que el piloto o el conductor no están en las condiciones adecuadas para desarrollar su trabajo con toda la seguridad y profesionalidad exigible. ¿Te montarías tu si supieses que el piloto está bajo los efectos del alcohol o las drogas, o que no ha descansado lo suficiente, o que no puede concentrarse plenamente en la tarea porque está enfermo, o tomando medicamentos que le afecten, o con la cabeza pensando en un problema de trabajo o familiar…?”
“Sin embargo, en nuestro día a día, hacemos la vista gorda cuando somos nosotros los que vamos a conducir porque pensamos que es una rutina más sin importancia. Y eso además nos permite pensar que podemos atender el teléfono o relajar nuestra atención porque no va a haber ningún problema”.
“Creo que nos falta mucho compromiso para asumir que conducir no es una tarea menor. Que tiene muchos riesgos a los que hay que dar toda la importancia que requieren”.
¿La educación vial debería ser una asignatura obligatoria en el sistema educativo. Transversal y actualizada a lo largo de toda nuestra vida?
“¡Rotundamente si!”
“Hay cosas que son mucho menos importantes para la seguridad y la vida de las personas y que nos empiezan a inculcar desde pequeños. Nos enseñan a andar, a leer, a escribir, incluso a nadar…, ahora se empieza a trabajar bastante en la alimentación sana y saludable… pero la educación vial, las normas de respeto y convivencia, aprender a compartir la calle y la vía de modo seguro no parece tener esa prioridad que demanda un problema que causa al año más de 1.800 muertos por accidentes de tráfico”.
“Un niño tiene que saber cómo hay que comportarse en la calle, por dónde se cruza y por donde no, cómo se tiene que sentar en el coche, cómo moverse de manera segura en bicicleta, incluso como prever y advertir a sus compañeros de posibles riesgos.”
“Afortunadamente, aunque todavía no sea una materia obligatoria en la enseñanza, hay organizaciones, fundaciones, incluso las propias policías locales, que realizan buenas prácticas y talleres de educación vial desde las más tempranas edades. Esto se traduce en que ves chavales que se suben al coche y saben dónde sentarse, abrocharse el cinturón o su sistema de retención infantil. O se lo piden a sus padres. Cosa que hace unos años era impensable, incluso aunque te lo estuviese ordenando un adulto…”
“Yo creo que es esencial que exista esa asignatura, de modo transversal y a lo largo de todas las etapas de la vida educativa, incluso profesional, que nos vaya concienciando y sensibilizando en materia de seguridad vial.”
“Ahora podemos comprobar que las cifras mejoran poco a poco, o no son tan malas como antes, porque la sociedad civil va siendo consciente del problema. Pero no porque haya una asignatura que nos conciencie de ello, sino porque ahora se estudia e investiga más sobre los accidentes de tráfico y sus causas, se ponen remedios y se legisla. Y los medios de comunicación también machacamos más divulgando contenidos, informaciones, testimonios reales de víctimas, consejos para una conducción más segura…”
“Es fundamental y esencial que la gente hable y que se genere un debate sobre problema que representa el tráfico y la seguridad vial, para que lo interiorice y le dé la importancia que realmente tiene.”
Los resultados de las condenas por delitos contra la seguridad vial, especialmente en aquellos casos de alcohol y drogas, ¿hacen necesario contemplar el problema desde otra perspectiva? Me refiero a los continuados casos de reincidentes que deberían ser tratados sanitaria o medicamente de su adición o dependencia, antes de que vuelvan a hacer un curso tras otro para recuperar los puntos y volver a coger un vehículo sin estar “curado”.
“Evidentemente. Yo creo que está en la mente de todos los responsables con competencias en materia de seguridad vial tomar alguna determinación sobre el problema que preguntas. Hay casos de reincidentes de hasta en diez o quince ocasiones que son personas que tienen un verdadero problema con el alcohol, pero no solo para el tráfico sino en su vida diaria. Y no puede coger una maquina con la que puede causar muertes, igual que no le dejarías llevar una pistola o un arma”.
“Vemos muchas veces que se condena continuamente a gente que es multirreincidente. Aquí en Galicia tenemos entre dos mil y tres mil personas que están tipificados como reincidentes continuos, que son un peligro en la carretera cada vez que salen. De hecho me consta que los agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil hacen seguimientos a determinados sujetos para evitar que conduzcan.”
“Pero es un problema que está ahí, a la vista de todos. ¿Cuantas veces vemos en los medios de comunicación la noticia de algún conductor que perdió todos los puntos del carnet y se presenta en el juicio conduciendo su vehículo, o va a las clases de recuperación de puntos, o al examen del mismo modo…”
¿Consideras que la sociedad entiende los problemas de tráfico y seguridad vial como de segundo nivel, de una categoría menor? ¿Qué ocurriría si el reincidente por dependencia del alcohol o las drogas fuese un cirujano que nos va a operar, o un piloto militar, o el profesor de nuestros hijos, por poner ejemplos muy gráficos sobre el potencial daño que pueden causar?
“Esa es la clave. Que se considere que si esas personas tienen un problema que necesita un tratamiento médico, lo realicen. Y que después se les certifique o autorice si están en disposición de volver a conducir igual que puedan desarrollar cualquier otra actividad que pueda representar un riesgo para la sociedad.”
“Como has dicho en la pregunta, qué pasaría si este problema lo tuviese un policía? Lo primero sería quitarle el arma y retirarlo del servicio. Nadie entendería que una persona así hiciese un curso, pagase por él lo que fuese y volviese a la calle con su arma sin estar plenamente curado. O un cirujano que te fuese a operar borracho… tampoco se entendería”.
“Todo lo relacionado con el tráfico y la seguridad vial tiene que considerarse como un problema verdaderamente serio.”
“Tardaremos aun en cambiar los conceptos y la mentalidad de la gente. Todavía discutimos con los amigos, compañeros o la familia por cosas que no deberían ser discutibles. Si se puede beber al volante, si se puede pisar el acelerador un poco más de lo permitido, o si los radares o los controles de alcohol y drogas solo están para recaudar.”
Volviendo a los cursos de recuperación de puntos hay que destacar en ellos el papel que están haciendo las asociaciones de víctimas participando en labores de concienciación y sensibilización. Ese “éxito” en los resultados ha motivado que la DGT haya planteado establecer un mínimo de ocho horas de formación presencial obligatoria en los cursos teóricos para obtener el carnet de conducir.
¿Compartes esta visión? ¿Serviría de refuerzo a la comentada falta de educación y formación?
“Sí. Es un hecho positivo para la persona que ha cometido una grave infracción y ve las consecuencias que podría haber sufrido. Más lo será si se realiza de modo preventivo y puedes conocer todas las consecuencias, riesgos y responsabilidades que conlleva tener el carnet de conducir”.
“Creo que es fundamental. Es uno de los cambios necesarios que necesitamos para modificar la mentalidad de la sociedad en general y de los conductores en particular. De hecho lo están consiguiendo en los cursos de recuperación de puntos.”
“No es lo mismo que la charla de sensibilización y concienciación para recuperar los puntos por haber conducido bebido te la dé en primera persona una víctima que se encuentra en una silla de ruedas precisamente a consecuencia de una accidente causado por conducir bajo los efectos del alcohol, que te lo cuenten en un libro o en un video. El efecto nunca va a ser el mismo.”
“En ese momento te das cuenta de la “suerte” que has tenido de que lo único que has perdido han sido los puntos del carnet de conducir. Cosas así es lo que ayuda a transformar la conciencia de determinados tipos de conductores.”
En este sentido se ha entablado una polémica que enfrenta a autoescuelas con las denominadas plataformas digitales, que reivindican que estos cursos de sensibilización pueden darse en modo online. Las asociaciones de víctimas insisten en que la efectividad de estos cursos y charlas residen precisamente en la presencialidad y el contacto directo profesor-victima con el alumno para que la sensibilización y concienciación calen más profundo.
¿Cree que es un tema de competencias, de negocios enfrentados o de salvar vidas? ¿Cómo debería resolverse desde su experiencia?
“Creo que puede compatibilizarse todo en una era de avances tecnológicos. La formación digital continuada puede ser beneficiosa en un momento dado, pero evidentemente tiene que haber una relación personal entre profesor y alumno, especialmente en estos casos de efectos reales y consecuencias. Y estoy convencido que lo ideal es que esa experiencia sea presencial. Las emociones calan más profundo en la conciencia de ese modo y pueden modificar las conductas como ya se ha visto y demostrado.”
“No sé si ocho horas son suficientes o deberían ser más. Pero tiene que haberlas, estoy completamente convencido.”
“Al margen de que se trate de compatibilizar otro tipo de temas. Lo que no puede ser es que banalicemos la formación de los conductores. Si solo nos lo planteamos como sacarnos un carnet para conducir porque me aprendo cuatro preguntas tipo test, no estamos consiguiendo llegar al fondo de la cuestión. Esa memorización de poco vale si no sabes interpretar las señales, ni por qué están ahí ni para qué se han colocado en determinados puntos, ni como se debe conducir…”
“Algo que ya se ha logrado por ejemplo con la ley antitabaco: Nadie fuma donde no está permitido y la gente mira mal al que incumple esta norma. Costó mentalizar y concienciar, pero más o menos se ha logrado y nadie se plantea infringir o incumplir la norma.”
“En el tráfico parece que siempre estamos pensando en cómo poder infringir sin que nos vean y en buscar los defectos de forma para recurrir las multas, a las que solo vemos como recaudatorias, más que en cumplir la norma porque es un hábito saludable de convivencia y respeto y porque nos va la vida en ello en múltiples ocasiones.”
“Es muy importante que la sociedad sepa por qué existen unas normas, cuáles han sido los criterios que han llevado a implantarlas y las consecuencias que tiene incumplirlas o mirar para otro lado.”
“Nadie entendería qué en tu trabajo o en tu casa te comportases de manera negligente, bebido, empujando a la gente por las escaleras, o agrediendo y causando daño y no pasase nada. Es como los casos de violencia que tanto nos alarman, como por ejemplo en la de género, que inmediatamente la sociedad se moviliza y rechaza esas conductas y aparta al agresor. Pues en el tráfico tenemos que llegar a pensar de ese modo.”
“Hay que llegar al “No es No” también en el tráfico.”