Como todos los años, mediada la estación del otoño y camino del invierno, se produce el cambio de hora para un mejor aprovechamiento de la luz solar en el horario laboral y lectivo. Así pues, el último domingo de octubre tenemos que retrasar una hora todos los relojes, para pasar al huso horario UTC+1, adaptarnos al horario de otros países de la Unión Europea.

Sin embargo, este cambio con una base discutible de índole económica que pudo tener su justificación en la crisis energética de la década de los años 70 del pasado siglo, conlleva algunos trastornos físicos y psíquicos de adaptación que pueden afectarnos a la hora de conducir con los sentidos al ciento por ciento de sus capacidades.

También es importante prestar especial atención al estado de nuestro vehículo, especialmente a los sistemas de iluminación, neumáticos, parabrisas y limpias, que pueden ayudarnos a circular con mayor seguridad y no agravar la sensación de cansancio, fatiga y somnolencia que el cambio horario y conducir durante mas horas de oscuridad nos produce.

Ese aumento de la fatiga en las primeras semanas de adaptación, que va acompañado de sueño, distracciones, dolores de cabeza, podemos minorarlo manteniendo una rutina de comidas y descanso.

Asimismo, la falta de luz hace que las pupilas se dilaten y que el ojo funcione y trabaje más, con lo que se denomina retina periférica, lo que genera una pequeña miopía nocturna en todos los conductores.

De noche también hay más fatiga visual, lagrimeo y picor de ojos y se pierde mucha visión periférica, aunque esto en parte se compensa con la posibilidad de ver otras fuentes de luz que contrastan con la oscuridad. Por supuesto, también aumentan la somnolencia y monotonía al volante, que no son los mejores aliados de la seguridad vial.

Es importante recordar que el 90% de la información que recibimos al conducir nos llega a través de la vista, y las condiciones otoñales, además del cambio horario, pueden afectar a muchos conductores, que se encontrarán con diferentes condiciones de iluminación en muchos de sus recorridos habituales.

Ante un deslumbramiento se recomienda bajar la vista hacia la derecha y buscar la línea de la carretera o el borde del arcén, con especial atención al cambio de luces largas por las de cruce cuando nos aproximamos a otro vehículo.

En condiciones de baja visibilidad es aconsejable fijarse en las luces de los coches que nos preceden y prestar mucha atención a los cambios de iluminación al acercarnos a una curva o cambio de rasante para anticipar la llegada de un vehículo.

La oscuridad amplifica el efecto túnel, que además se potencia con la velocidad: si en parado nuestro campo de visión es de 120º, en movimiento va desde los 70 grados a 65 km/h a solo 30 a 130 km/h.

En la carretera no estamos solos

Es importante estar concienciados de que cuando circulamos por las carreteras en estas condiciones de baja luminosidad y visibilidad, incluso con meteorología adversa, además de encontrarnos con otros usuarios de la vía, puede haber operarios de conservación y mantenimiento realizando trabajos de mejora en la carretera, agentes de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil o vehículos de auxilio o asistencia en carretera, regulando la circulación o atendiendo alguna incidencia o emergencia.

Enciende las luces cuando disminuya la luminosidad. Para ver y ser visto

La Dirección General de Tráfico (DGT) aconseja a los conductores que no dispongan de vehículos que van equipados con luces de conducción diurna (LCD), llevar encendido el alumbrado de cruce mientras se conduce durante el día, ya que nos hace más visibles a mayor distancia y favorece reducir el tiempo de reacción ante un imprevisto

Debido a la importancia que tienen las luces en la conducción, la Unión Europea aprobó una Directiva Comunitaria que obliga desde febrero de 2011 a todos los vehículos que salen de fábrica a ir equipados con sistemas LCD, que llevan lámparas de bajo consumo y cuyo encendido se produce automáticamente con el arranque del coche.

Diversos estudios, concluyen que un vehículo que circula con las luces encendidas es percibido a una distancia de 240 metros, mientras que si el vehículo no lleva las luces encendidas, esa distancia de percepción se reduce a menos de la mitad. Además, las estimaciones de distancia de seguridad, detección y velocidad son también más seguras y se mejora la identificación de los coches.

¿Cómo estamos de luces?

Con la reducción de horas de luz diurna y las condiciones meteorológicas propias del otoño/invierno desde Lumileds Iberia nos recomiendan hacer una inspección visual de todos los pilotos de vehículo, para detectar si tenemos alguna lámpara fundida.

Por la noche también se producen más deslumbramientos, muchas veces por un reglaje inadecuado de los faros, que pueden cegarnos unos instantes y ser muy peligrosos porque en estas circunstancias se tarda entre 3 y 20 segundos en recuperar la visión y en ese tiempo se recorren muchos metros a ciegas.

Reemplazar las lámparas por pares. La vida de las lámparas es la misma, por lo que si una se ha fundido, es una realidad que la otra lo hará próximamente y así evitaremos que esto suceda mientras estamos en marcha.

Sustituir por lámparas más potentes cuando tengamos sensación de falta de visión nocturna. Muchas veces lo asociamos solo a fallos en nuestra visión, y no percibimos tener una iluminación deficiente. Una iluminación más potente nos permitirá compensar en gran medida esta circunstancia y nos dará seguridad en nuestra conducción.

Si las lámparas se funden demasiado pronto, revisar el estado de la batería ya que normalmente esto suele ser debido a picos de tensión que deterioran la duración de las lámparas.

Eliminar la capa amarillenta que se haya podido generar en las ópticas como consecuencia de la acción de los rayos UV, especialmente tras el verano, que hacen que el flujo de iluminación que sale de las ópticas se reduzca mermando la potencia de las lámparas que llevemos instaladas.

Comprobar el reglaje de las ópticas para evitar que vayan demasiado altas y puedan deslumbrar a los vehículos que van ante nosotros o los que vienen en sentido contrario.

Aunque parezca una obviedad, asegurarse que llevamos lámparas homologadas y de fabricantes de confianza, que garantizarán nuestra seguridad y la de los vehículos que estén a nuestro alrededor.

Una óptica dañada puede hacer que en contacto con el agua la lámpara explote y dañar más seriamente la óptica del vehículo. Un consejo en este sentido, las lámparas Philips están hechas con cristal de cuarzo, que hace que las lámparas no exploten en contacto la humedad.

Consultar ante cualquier duda a nuestro mecánico de confianza, ellos siempre podrán ofrecer la solución que mejor se adapte a nuestras necesidades

Neumáticos, nuestro punto de contacto con el asfalto

Revisar los neumáticos para viajar seguro, especialmente en esta época del año, ya que su perfecto estado además de garantizar seguridad nos permite ahorrar combustible y evitar emisiones contaminantes.

El neumático es uno de los elementos de seguridad más importantes de un vehículo. Su buen uso y correcto mantenimiento deben ser prioritarios todo el año. Y se le debe prestar especial atención antes de salir de viaje.

A veces, por desconocimiento o dejadez, se descuida el estado de los neumáticos y se olvida que son el único punto de contacto del vehículo con la carretera y vitales para garantizar la seguridad al volante.

Las consecuencias de no reemplazar los neumáticos gastados o dañados son muy graves, tanto para nuestra seguridad como para los vehículos que estén a nuestro alrededor.

Sin embargo, el buen mantenimiento de los neumáticos redunda en el ahorro en combustible, evitará un consumo innecesario y reducirá la contaminación medio ambiental. La Etiqueta Europea nos da buena información de estos factores a la hora de comprar el modelo que más se adapte a nuestras necesidades.

Hay varios factores que comprometen el funcionamiento seguro de un neumático. Los conductores pueden realizar controles rutinarios, pero también hay que acudir a especialistas cuando hay un problema o cuando llegue el momento de su sustitución.

Para realizar un correcto mantenimiento de los neumáticos se puede seguir los siguientes consejos:

Comprobar la presión del neumático (siempre en frío) para lograr las mejores prestaciones del vehículo. Se debe hacer de vez en cuando para una mejor conducción en nuestro día a día, y siempre antes de un largo trayecto. Hay que tener en cuenta que la presión va en función de cada vehículo, pero también influyen otros factores como el número de pasajeros, la velocidad media o el equipaje. Siempre es aconsejable circular con la presión recomendada por el fabricante para cada circunstancia.

Chequear el dibujo y desgaste del neumático, especialmente en los meses de verano, pues el calor puede hacer que el asfalto alcance unas temperaturas de hasta 70ºC. Lo que hace que el desgaste del neumático aumente. Además, se debe vigilar que la profundidad del dibujo de los neumáticos en turismos no sea inferior a 1,6 mm, ya que no solo carece de las garantías de seguridad necesarias, sino que legalmente no está habilitado para transitar por la carretera.

Ajustar el equilibrado. Circular con el paralelo inadecuado acelera el desgaste de los neumáticos sin que en muchos casos el conductor se percate. Algunas de sus consecuencias son un desgaste mayor e irregular, frenadas menos efectivas, mayor ruido de rodadura y aumento de las vibraciones en la conducción.

Asegurar el estado del repuesto. Si el coche cuenta con rueda de repuesto, es muy importante comprobar su estado periódicamente. A nadie le gustaría quedarse tirado por una avería de los neumáticos en medio de la carretera y esperar a la grúa por no haberla revisado.

Atención a las hojas en la carretera: pueden hacer derrapar tu vehículo por falta de adherencia

 

Cómo mejorar la visión del conductor: iluminación adecuada y parabrisas limpio

Dado que el 90 por 100 de la información que percibe el conductor lo hace a través de la vista es importante prestar mucha atención a los elementos que nos facilitan que veamos bien, con limpieza y la suficiente antelación. Es decir, la iluminación del vehículo debe ser optima, adecuada y correcta. Además de mantener los parabrisas limpios y despejados, con las escobillas y liquido limpiaparabrisas prestos para recuperar la visibilidad del exterior ante cualquier imprevisto.

Con ese fin, desde Carglass proponen, además de revisar el sistema de iluminación, el parabrisas y los limpiaparabrisas, dado que conducimos más horas de noche y se producen más precipitaciones y deslumbramientos, otros prácticos consejos:

Amanecer y atardecer a diferente hora

Muchos conductores se van a encontrar el sol de frente a una hora diferente, tanto por la mañana como por la tarde, en sus recorridos habituales. Llevar unas buenas gafas de sol en el coche y saber usar los parasoles nos ayudará a tener una mejor visión y la vista más descansada. Nunca hay que usar el líquido y los limpiaparabrisas con el sol de cara, porque durante un largo instante no veremos casi nada. Este efecto se acentúa, en gravedad y tiempo, con unas escobillas desgastadas.

Menos horas e intensidad de luz

A medida que avanza el otoño se van reduciendo la intensidad de la luz solar y las horas de sol al día, por lo que conducimos más horas con menos luz y de noche. La capacidad visual de un conductor se reduce al 30% de noche, con una reducción de la agudeza visual de un 70% y una importante pérdida del sentido de la profundidad y capacidad para medir distancias, según el Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía.

Fatiga visual

La falta de luz hace que las pupilas se dilaten y que el ojo funcione más con la retina periférica, lo que genera una pequeña miopía nocturna en todos los conductores. De noche también se produce más fatiga visual, lagrimeo y picor de ojos. De noche perdemos mucha visión periférica, aunque también es cierto que podemos ver por el “rabillo del ojo” fuentes de luz que contrastan con la oscuridad. Por supuesto, también aumentan las peligrosas somnolencia y monotonía al volante.

Por otro lado, al conducir de noche dependemos de los sistemas de iluminación de los coches y de las vías; y se producen más deslumbramientos, que pueden cegarnos momentáneamente y ser muy peligrosos: un conductor deslumbrado tarda de entre 3 y 20 segundos en recuperar la visión y en ese tiempo se recorren muchos metros a ciegas.

Aunque de noche se producen menos desplazamientos y accidentes, estos suelen ser más graves. Según un estudio realizado por Rune Elvik *, los accidentes con víctimas se incrementan de noche casi un 30% en áreas urbanas y un 50% en vías interurbanas.

Escobillas en mal estado, un error que puede dejarnos a ciegas

Todos los efectos negativos de estas situaciones se multiplican si llevamos unas escobillas en mal estado, si el parabrisas sufre desperfectos (impactos, grietas, arañazos…), o si se ha manchado con el barro y grasa que suele haber en la carretera.

Todos hemos experimentado alguna vez lo que supone ver a través de unas gafas ralladas o sucias. Cuando te las pones te das cuenta al instante de lo mal que se ve, pero si te las dejas puestas, con el tiempo el cerebro se va a acostumbrando y dejamos de ser conscientes de la pérdida de visión. Con el parabrisas sucede lo mismo, nos acostumbramos a esa pérdida en nuestro vehículo habitual y solo cuando nos subimos a otro, nos damos cuenta de lo bien que se ve con unas lunas en perfecto estado.

Cuando llueve mucho es muy práctico “leer” el asfalto para buscar charcos o regueros que puedan causar un acuaplaning, y también para detectar su agarre. También hay que aumentar la distancia de seguridad para disponer de más tiempo de reacción ante imprevistos, más distancia para frenar y reducir el efecto del agua en suspensión que levanta el vehículo que nos precede.

Otro truco interesante es mantenernos atentos a los vehículos que nos rodean, sobre todo, camiones y autobuses, pues pueden levantar grandes cantidades de agua con barro al pasar sobre charcos. Si recibimos una de estas grandes salpicaduras por sorpresa (sobre todo, cuando vienen del sentido contrario de una autovía o autopista) no perder la calma y actuar como en un deslumbramiento.

Tratamiento antilluvia, una solución de perlas

Aplicar el tratamiento repelente de lluvia en el parabrisas de Carglass hace que las gotas de agua apenas toquen la superficie del cristal, formando “perlas” que ruedan rápidamente. Está demostrado por diversos estudios que los tratamientos hidrofóbicos mejoran la agudeza visual y que son particularmente beneficiosos de noche.

En momentos de peligro tendemos instintivamente a dirigir nuestro vehículo hacia el lugar al que apuntamos la vista. De noche, ese lugar está condicionado al sitio hacia donde apuntan los faros. Al volante hay que ser conscientes de este fenómeno, y tener la mente fría para dirigir la vista, y nuestro vehículo, hacia los puntos de escape.

Atención a la carretera

Desde ACEX, Pablo Sáez, presidente de la Asociación de Empresas de Conservación y Explotación de Infraestructuras, recomienda extremar la atención a los conductores ante la posible presencia de operarios de conservación y otros trabajadores de la carretera, así como a los propios usuarios.

«Por ello y como el cuerpo tarda en adaptarse al horario, lo que genera un cansancio excepcional, es necesario incrementar los periodos de descanso en la conducción y en vez descansar cada dos horas, que sea cada hora y media. Además, debemos ser conscientes de que este cansancio puede mermar la capacidad de reacción» apunta Pablo Sáez.

«Como los horarios de salida del trabajo coinciden con que anochece antes, con lo cual la visibilidad es menor, y puede darse la circunstancia de que además conduzcamos de cara a la puesta de sol, la presencia de operarios de mantenimiento en la carretera que pueden estar realizando actuaciones necesarias para mantener la vialidad, resultan más difíciles de ver. Por ello recomendamos extremar la precaución, verificar que el sistema de iluminación, neumáticos y frenos de nuestro vehículo funciona correctamente y el parabrisas esta limpio y despejado, para evitar llevar la tragedia sobre los trabajadores que están expuestos, en condiciones complicadas y adversas, mientras intentan mejorar el estado de la carretera por la que circulamos», subraya el presidente de ACEX.

Vigilar la meteorología y condiciones adversas para circular con seguridad

Las inclemencias meteorológicas del otoño, la lluvia, el viento o la niebla, propias de la estación suponen un factor de riesgo en la conducción. Es muy recomendable informarse de la previsión meteorológica antes de conducir y emprender la ruta. Y valorar si ante condiciones adversas es imprescindible realizar el viaje o posponerlo.

Desde FESVIAL ponen, gratuitamente, a disposición de todos los conductores que lo deseen una práctica y completa guía de consejos y recomendaciones para circular con seguridad en condiciones invernales o con meteorología adversa 

Evitemos ser la próxima víctima o causarla

Pese a que son mensajes conocidos por la mayoría de los conductores, desde la DGT se recuerda la importancia de respetar las normas de circulación y realizar una conducción responsable:

  • Planificar el viaje por la ruta más segura para evitar imprevistos. Las cuentas de twitter @informacionDGT y @DGTes, la web de DGT , los boletines informativos en radio y televisión, así como en el teléfono 011, se informa de la situación del tráfico en tiempo real y de las incidencias que puedan existir.
  • No conducir si se ha consumido alcohol o drogas ni dejar que nadie que lo haya hecho se ponga al volante.
  • Durante el viaje realizar descansos cada dos horas. La desatención en la conducción es una de las principales causas de accidente y el móvil el principal elemento de distracción.
  • Tanto en los desplazamientos cortos como en los de largo recorrido, todos los ocupantes del vehículo tienen que llevar puesto el cinturón de seguridad y los menores ir adecuadamente sujetos con sus sistemas de retención infantil.

En definitiva, respetar todas las normas de circulación para evitar ser la próxima víctima.

* Estudio de Rune Elvik comparando los accidentes diurnos y nocturnos en Noruega, Suecia y Países Bajos, en 2009.

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