Los 79 fallecidos registrados en siniestros viales durante el mes de febrero aumentan el balance mortal de los dos primeros meses de 2022 hasta los 179, un 15% superior a las personas que perdieron la vida en el mismo periodo de 2019, año que tomamos como referencia fiable por los índices de movilidad.
Llama la atención el peligroso aumento de la siniestralidad mortal en las vías de alta capacidad, en autopistas y autovías, consideradas y diseñadas para ser mas seguras, al evitar, especialmente, las arriesgadas maniobras de adelantamiento con invasión del carril en sentido contrario. En dos meses hemos duplicado las personas que han perdido la vida en estas vías, pasando de 30, en 2019, a 62 muertes en 2022.
Curiosamente descienden, mínimamente, las victimas de siniestros en carreteras convencionales, desde los 125 fallecidos en el periodo enero-febrero de 2019 a los 117 en lo que llevamos de 2022, aunque siguen siendo el 70% del total. Lo que subraya el alto riesgo que entrañan estas vías, sin separación física entre los carriles de diferente sentido y con cruces e intersecciones al mismo nivel y en las que es mas frecuente compartir el recorrido con usuarios vulnerables (peatones, ciclistas o motoristas).
Conducir: una actividad potencialmente destructora
De hecho ha habido ocho fallecidos vulnerables más que en febrero de 2019 (10 peatones, 4 ciclistas y 18 motoristas). Muy importante destacar que 14 fallecidos no hacían uso de los accesorios de seguridad en el momento del accidente (13 cinturón y 1 casco).
Sin embargo, y a pesar del esfuerzo legislador, las causas siguen siendo las mismas: velocidad inadecuada, distracciones, alcohol, drogas, escaso respeto a las normas y falta de sensibilización sobre los riesgos que entraña el tráfico, con un parque automovilístico español muy envejecido, con un 40% de vehículos circulando sin la ITV en vigor o rechazada y con una red de carreteras deficientemente mantenida y conservada.
Detalles sobre lo que tenemos que concienciarnos seriamente y de una vez por todas y para siempre o esta sangría no parará nunca. Esto es tarea de todos, sin excepción.
Esta siniestralidad se ha producido en un contexto de mayor número de desplazamientos (+8%); concretamente se han registrado en todo el mes 30,5 millones de movimientos de largo recorrido, frente a los 28,3 millones de febrero de 2019.
56 de los fallecidos tuvieron lugar en siniestros ocurridos en vías convencionales, frente a los 23 que se registraron en vías de alta capacidad (autovías o autopistas).
En función del tipo de siniestro, siguen incrementándose las salidas de vía con 39 fallecidos, frente a las 30 víctimas mortales de febrero de 2019. En cambio descienden las colisiones pasando de 38 víctimas mortales en febrero de 2019 a las 28 de este año.
Según el medio de desplazamiento en febrero, en comparación con el mismo mes de 2019, se incrementaron los fallecidos vulnerables (32 frente a 24) y descendieron los fallecidos en turismos y furgonetas (43 en febrero de 2022 frente a 51 de febrero de 2019)
Respecto al uso de los sistemas de seguridad, hay 13 fallecidos que no hacían uso del cinturón de seguridad en el momento del accidente. También un fallecido en bicicleta circulaba sin el correspondiente casco.
Por comunidades autónomas, Andalucía y Comunidad de Madrid son las autonomías que lideran los mayores descensos respecto a las cifras de febrero de 2019.
El día con más fallecidos fue el lunes 14 de febrero con 8 víctimas mortales y sólo un día con 0 fallecidos, el jueves 10.
Acumulado anual
En lo que llevamos de año, han fallecidos en nuestras carreteras 179 personas, frente a las 155 de 2019, esto significa un 15% más, debido al incremento de siniestralidad del mes de enero, cuando se registraron 27 fallecidos más que en enero de 2019.
En febrero continua la tendencia observada en enero del aumento del número de fallecidos en vías de alta capacidad y de un ligero descenso en vías convencionales.
En el acumulado del año, se ha registrado más del doble de fallecidos en autopistas y autovías (30 en 2019 y 62 en 2022) y se ha producido un descenso del 6% en carreteras convencionales (de 125 a 117 víctimas mortales).
En coherencia con lo anterior, las salidas de vía en el acumulado del año han aumentado de 54 a 79 y las colisiones frontales se han reducido de 42 a 31.
